La industria de la construcción, tras menguar con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis, se ha saneado y puede convertirse en motor de recuperación para la economía.
Hay tres grandes consecuencias que ha traído la pandemia de covid-19. La primera es que ha provocado la recesión más profunda desde la Guerra Civil. La segunda es que ha acentuado la preocupación con el cambio climático. La tercera es que se ha acrecentado la disparidad en la distribución del ingreso y la riqueza.
Para lograr esos tres objetivos, la industria de la construcción es estratégica. Es un sector que, tras menguar estrepitosamente con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera de 2008-2009, se ha saneado y puede convertirse en un poderoso motor de recuperación para la economía española. Sin embargo, este papel de locomotora en la reactivación lo debe hacer teniendo en mente un modelo inmobiliario español más sostenible, y esto significa pensar en la rehabilitación de edificios y en la construcción de vivienda de alquiler social.
la colaboración con el sector privado es fundamental. Para garantizar su éxito, España destinará en torno a 7.000 millones a la rehabilitación de edificios y la vivienda social, lo que representa un 10% del PIB del sector, una inyección de recursos que, además de desarrollar estos dos mercados fundamentales para la sostenibilidad y resiliencia de España, reactivará el sector, creará empleo, lo modernizará y hará de la construcción una actividad más profesionalizada y resistente a los vaivenes de los ciclos económicos
FUENTE: https://blogs.elconfidencial.com/
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