La Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público, está haciendo estragos en general, pero sobre todo en el ámbito de la construcción, el que más dinero mueve. Esta nueva ley proporciona mayor transparencia y más control sobre todo el dinero que sale de las administraciones. Reduce los importes en los contratos menores, obliga a más sujetos a cumplir dicha ley y no hace tanto hincapié en el precio y sí en criterios sociales y medioambientales. Sin embargo, su primer efecto está siendo nefasto en la región pues ha supuesto una merma en la actividad y apenas ha permitido que salgan proyectos a concurso, coinciden todas las asociaciones del sector de la construcción.
Entre el 1 de enero y su entrada en vigor el pasado 9 de marzo en Extremadura se licitaron obras por 76,1 millones de euros (24, 7 en la provincia de Cáceres y 51,4 en la de Badajoz), mientras que desde el 9 de marzo hasta el pasado 7 de junio, un periodo similar que ronda los tres meses, el volumen de contratación descendió llamativamente pues apenas superó los 8 millones de euros (2 millones en Cáceres y 6,3 en Badajoz). Esto es un 88% menos.
Según manifestaron, entre sus exigencias figura la necesidad de que toda la licitación pública se lleve a cabo de forma electrónica. «Esta cuestión, que aparentemente debería ser intrascendente ya que todas las Administraciones conocían con gran antelación la necesidad de adecuar sus estructuras a esta obligación, está suponiendo un auténtico bloqueo y caos».
FUENTE: http://www.hoy.es EN
|
http://www.hoy.es/extremadura/licitacion-obra-publica-20180617004519-ntvo.html