El sector de la construcción ha sido, durante décadas, un motor clave para el desarrollo económico y social de cualquier país, pero también uno de los más conservadores en términos de innovación. La mayoría de procesos constructivos han estado condicionados por largos plazos de ejecución, elevados costes y un considerable impacto ambiental.La construcción, no obstante, atraviesa un momento de transformación estructural, impulsada por la necesidad de mejorar la eficiencia, reducir el impacto ambiental y responder a los complejos desafíos que afronta. El cambio no se reduce a una simple actualización de herramientas, sino que constituye una revolución que afecta a toda la cadena de valor, desde la planificación inicial de proyectos hasta la entrega final.Según las estadísticas sobre actividades de I+D del Instituto Nacional de Estadística, el sector de la construcción destinó 107.294 millones de euros a este fin, concentrando el 1% del gasto total en I+D a nivel nacional. Según la encuesta, el número de empresas con gasto en innovación en 2022, último año con datos disponibles, es un 28% mayor que en 2020.La adopción de tecnologías avanzadas como el Building Information Modeling (BIM), junto con la creciente industrialización de procesos, permiten la ejecución de proyectos con una precisión y eficiencia sin precedentes. Lo que antaño podía llevar años y generaba inconvenientes en las obras, hoy puede completarse en meses, con un exhaustivo control de los recursos y una notable reducción de errores.El alza de la demanda de vivienda asequible, la urgencia por reducir el impacto ambiental y los avances tecnológicos han propiciado una evolución hacia un modelo más ágil y colaborativo. En este aspecto, compañías como Bilba Constructora integran la innovación y la apuesta por la tecnología y la industrialización en el corazón de su estrategia.Industrialización como motor de cambioUn aspecto de importancia crucial para la transformación del sector es su industrialización, una tendencia que permite reducir los tiempos de construcción y garantizar una mayor precisión en la ejecución de proyectos. A su vez, y en colaboración con el sector público, este enfoque permite abordar la escasez de oferta de vivienda desde una manera más eficiente y sostenible.La industrialización del sector, además de transformar profundamente los procesos de construcción, rompe con la visión tradicional que los relaciona con procesos lentos, costosos y contaminantes. Este nuevo enfoque industrial, combinado con el uso de metodologías BIM, permite ajustar el uso de materiales, planificar la logística con antelación y, con todo ello, evitar ineficiencias.FUENTE : https://www.ejeprime.com |
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