Los bancos vuelven a apostar con fuerza en la concesión de hipotecas, aunque las consecuencias derivadas de la pasada burbuja inmobiliaria no se olvidan fácilmente, por lo que se mira con lupa cada préstamo que se otorga. No obstante, se trata de su principal vía de ingresos y, en cuanto pueden, tiran de ella.
Además, las entidades miran con cierto recelo el asunto judicial de las cláusulas de suelo abusivas cobradas por antiguas hipotecas, que no acaba de cerrarse. Un fleco que las entidades tratan de minimizar, pero que, más pronto que tarde, volverá a estallar a la vista del aluvión de demandas que los afectados están interponiendo en los juzgados especializados habilitados.
También estas pendientes de cómo va a quedar la nueva ley hipotecaria que el Gobierno ha tramitado. Un texto que busca mejorar las condiciones hipotecarias y evitar la avalancha de demandas judiciales que en los últimos años se han interpuesto.
Pero, más allá de estas circunstancias, a la vista de los datos ofrecidos por los bancos al cierre del primer semestre, está claro que la concesión de hipotecas está creciendo de manera exponencial, pero también que el importe de lo prestado está muy controlado.
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Como reflejaba hace unos días el Instituto Nacional de Estadística (INE), en la última actualización de la Estadística de Hipotecas, en mayo de 2017 fueron algo más de 29.000 las hipotecas sobre viviendas inscritas en los registros de la propiedad, un 9,2% más que en el mismo mes de un año antes. Y que el importe de lo concedido en esos préstamos ascendía a 113.645 euros, un 7,6% más. Cantidad que se sitúa en el margen de entre 110.000 y 115.000 euros que se viene registrando desde hace un año.