Desde el pasado 1 de enero, el nuevo valor de referencia de Catastro es la base imponible de impuestos tan importantes como el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), Actos Jurídicos Documentados (AJD) o el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (ISyD). Es decir, es la clave para determinar cuántos tributos hay que pagar por la compra, la herencia o la donación de una vivienda usada.
El Gobierno incluyó este cambio en la Ley 11/2021 de medidas de prevención y lucha contra el fraude, aprobada el pasado verano, y en sus primeros meses de funcionamiento ya está teniendo un impacto directo y negativo para los contribuyentes: está provocando una fuerte subida de las valoraciones de los inmuebles y, por tanto, aumentando las liquidaciones de impuestos que deben realizar los contribuyentes.
Según publica el diario El Economista, muchas tasaciones de Hacienda están superando en más de un 60% el valor que aparece en las escrituras. En algunos casos, incluso, la ‘nueva’ tasación del fisco duplica al valor de escrituración. Unos números que ponen sobre la mesa el hachazo fiscal que tanto avanzaron los expertos en materia tributaria desde que el Gobierno aprobó la normativa.
FUENTE: https://www.idealista.com/
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