La crisis de la vivienda ha regresado a España, pero de otro modo distinto al que lo hizo en 2008. Esta vez el problema no es el sobre endeudamiento de las familias, ni la sobre oferta, ni la quiebra de las empresas del sector inmobiliario. En esta ocasión el problema es precisamente el contrario: faltan casas y además, los que quieren comprar no pueden pagar las pocas viviendas que hay en el mercado.«Tenemos un problema muy grande de desequilibrio entre la oferta y la demanda. Es un problema creciente y lo peor de todo no somos capaces de dar respuesta generando más oferta y va a ser muy difícil que lo solucionemos», explica David Botín, director de Vivienda Asequible y Living de Aedas Homes, una de las principales promotoras cotizadas del país.El directivo concreta que en España se están produciendo unas 80.000 unidades de obra nueva «principalmente para gente que ya tiene vivienda y poder adquisitivo, sin embargo, el grueso de la demanda, que supondría la creación de unos 250.000 hogares nuevos, está concentrada en una población insolvente, incapaz de tener el ahorro previo que exige la banca y esto nos está llevando a una burbuja social». |
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