Los analistas llevan lustros advirtiendo de que el mercado laboral español se asoma a un agujero demográfico que amenaza con lastrar tanto la creación de puestos de trabajo como la actividad empresarial. Ahora los datos muestran que esta amenaza ya es una realidad: el indicador más utilizado para estimar el suministro disponible de mano de obra de una economía, el porcentaje de población activa entre 25 y 54 años se ha reducido a mínimos históricos por debajo del 73%, tras perder siete puntos en la última década.
La población activa es la suma de paro y ocupación. Por lo tanto, recoge el total de personas que trabajan o quieren trabajar en una economía. Esto la convierte en termómetro clave para descifrar muchas tendencias del empleo en un país. Solo gracias a ella se pueden entender paradojas como que España tenga más personas trabajando que nunca pero el desempleo esté cinco puntos por encima de sus mínimos históricos, o que, en un país con casi tres millones de parados, las empresas denuncien problemas para cubrir vacantes.
Aunque el análisis de las cifras de empleo y desempleo se suelen centrar en los colectivos con mayores dificultades para encontrar un trabajo, los jóvenes de menos de 25 años o los mayores de 55 años, el análisis de la población activa, entendida como mano de obra disponible se centra en los ‘prime age’, las personas entre 25 y 54 años.
FUENTE: https://www.el economista.es/
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