45 millones de toneladas Es la cifra que se estima que anualmente genera España de RCD
Los residuos de construcción y demolición (RCD) son inevitables en una obra. Los más habituales son los inertes –tierras, áridos, ladrillos, yesos, cristales, ferrallas o maderas, entre otros, pero también hay algunos que son potencialmente peligrosos, por ejemplo los aditivos de hormigón, adhesivos, másticos y sellantes, emulsiones alquitranadas o materiales a base de amianto, por citar algunos.
Dotar de una segunda vida útil a estos residuos se ha convertido en una prioridad para la Comisión Europea, que pretende que en el año 2020 que se valorice un 70% de los RCD que se generan en los países miembros. Así lo certificó en su ‘Protocolo de gestión de residuos de construcción y demolición’.
Según los datos que maneja el organismo europeo, España genera anualmente unos 45 millones de toneladas de estos residuos. En la actualidad, solo once millones de los escombros pasan por plantas que garantizan su valorización, siguiendo las cifras que aporta la Federación RCDs. Esto significa que el 75% de los residuos de construcción y demolición no son tratados de forma correcta.
Otro de los aspectos positivos del proceso de valorización es la creación de empleo, ya que se cifran en 2.500 los puestos de trabajo directos que hay en las mencionadas plantas de tratamiento.
El despilfarro de materia prima y los impactos ambientales y paisajísticos son algunos de los problemas derivados de la mala gestión de los residuos. «Si queremos contribuir a reducir el impacto ambiental y a frenar el cambio climático, el sector de la construcción tiene que empezar a familiarizarse con conceptos como ‘ocupación verde’, ‘ecodiseño’ o ‘altas prestaciones energéticas’», apuntan desde la Federación Regional de la Pequeña y Mediana Empresa de Construcción y Afines de Extremadura, Pymecon, que ha trabajado en un proyecto destinado a la gestión de residuos no áridos, que son los que más dificultades presentan.
Las estimaciones de la Federación RCD señalan que un tratamiento correcto de los residuos de construcción y demolición supondría un ahorro de 450 millones de euros en España. La cuantía económica aumentaría hasta los 7.500 millones en el conjunto del territorio europeo.
Otro de los conceptos que está ganando presencia en este ámbito es el de ‘deconstrucción’. «Se está empezando a hablar en serio de ello», reconoce Juan Antonio Ortiz, decano del Colegio de Arquitectos de Badajoz.
La idea que se plantea es realizar los edificios pensando en que puedan ser deconstruidos al finalizar su vida útil. De esta forma se evitarían los costes y la generación de residuos de su demolición.
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